Un manuscrito olvidado sobre la Historia de Sanlúcar

Manuscrito de Eraso y Arteaga.

En 1658 el cabildo de la ciudad de Sanlúcar ordenó al escribano Juan Crespo de Sea y al regidor Pedro de Ardines que se personaran en casa del capitán Francisco de Eraso y Arteaga. Dicha visita tenía como fin entregarle 50 ducados (podrían equivaler a unos 3.500 euros hoy) destinados a la impresión del manuscrito de la obra El desengaño discreto y retiro entretenido, escrita por el militar y que hasta la fecha es la Historia más antigua que conocemos sobre Sanlúcar de Barrameda1. Sin embargo, dicha obra nunca se imprimió, permaneciendo casi inédita hasta hoy.

¿Quién era Francisco de Eraso y Arteaga?

El autor de la primera obra dedicada a la historia de la ciudad había nacido en Sevilla en 1620, trasladándose sus padres, Andrés de Eraso y María Calderón, muy pronto a Sanlúcar. Aquí, sus progenitores gozarían de una posición social holgada, patrocinando una capellanía en el convento franciscano de Regina Coeli. Según el historiador Fernando Guillamas, en 1640 el joven Eraso y Arteaga contraería matrimonio con doña Estefanía de Arce, cuando por esas mismas fechas ya estaba ejerciendo la carrera militar. De esta forma, y según los datos recientemente descubiertos en el Archivo de la Fundación Casa de Medina Sidonia2, en 1641 Francisco de Eraso y Arteaga ostentaba el grado de capitán al mando de una tropa formada por cincuenta y seis arcabuceros, nueve mosqueteros y treinta piqueros. Su oficio castrense lo compaginaba con el gusto por el teatro y la lírica, dedicando varios poemas y entremeses a distintos sucesos locales de índole religiosa y política.

Así, sobre 1646, cuando la ciudad pasó al gobierno de la corona tras la supuesta rebelión del IX duque de Medina Sidonia, Eraso y Arteaga dedicaría al gobernador de la villa, el conde de Fernán Núñez, un entremés representado en el corral de comedias sanluqueño titulado Salió el galán y cesó la música. Loa a la ciudad de Sanlúcar.

Don Diego de los Ríos y Guzmán, II conde de Fernán Núñez, gobernador de Sanlúcar y defensor de las costas andaluzas ante los ataques ingleses.
Don Diego de los Ríos y Guzmán, II conde de Fernán Núñez, gobernador de Sanlúcar y defensor de las costas andaluzas ante los ataques ingleses.

Dos años más tarde, la ciudad organizó un acto de desagravio a favor de la imagen de la santa Verónica que se encontraba en la parroquia mayor y a la cual le dedicó un bello poema:

Quién a la rosa más pura,
quién al clavel más lucido,
quién a la más casta azucena,
quién al jazmín más florido.
Quién al lucero más claro,
quién al carbúnculo más fino,
quién al sol de mejor luz,
quién al autor de sí mismo.
Sacrílego, ingrato, aleve,
cruel, bárbaro, atrevido,
irracional, loco, ciego,
tirano y desconocido.
Quién se ha atrevido a agraviar
a Dios; pero mal he dicho,
que los agravios humanos
no llegan a un Dios divino.

— Francisco de Eraso y Arteaga, 1648

Los años finales de la década de 1640 fueron difíciles para la ciudad, azotada por la enfermedad de la peste. Desconocemos la actividad literaria de Eraso y Arteaga por esas fechas, sin embargo en 1651 la ciudad organizó unas fiestas en honor de san Sebastián (en agradecimiento por el fin de la epidemia), y dentro de los diferentes actos, que incluían juegos de cañas y toros en la plaza alta, el militar dedicó un romance al santo, nombrado copatrón de Sanlúcar, donde describía cómo los diferentes regidores lidiaron a los astados:

Toros y cañas eligen
con que dieron clara muestra
que los peligros no excusan
aun en el gozo que espera.
Botaron diestros caudillos,
que cuidadosos intentan
que, aunque fenezca su gozo,
que su fama no fenezca.
Estos convidan a aquellos
que conocen que a la fiesta
pueden darle más realce
por su gala y su destreza.

— Francisco de Eraso y Arteaga, 1651
A la imagen de san Sebastián se le sigue dando culto en nuestros días, en la parroquia de los Ángeles del barrio del Palmar. | Foto: Primavera de Pasión
A la imagen de san Sebastián se le sigue dando culto en nuestros días, en la parroquia de los Ángeles del barrio del Palmar. | Foto: Primavera de Pasión

El manuscrito de El desengaño discreto y retiro entretenido

Ya con una producción literaria en alza, Eraso y Arteaga decidió acometer un proyecto de más envergadura: en esos años comenzaría a escribir El desengaño discreto y retiro entretenido. Dicha obra, de la cual se conserva una copia del manuscrito en la Biblioteca de Menéndez Pelayo de Santander, es una amalgama de textos que incluye desde poesías hasta una comedia titulada Donde hay amor no hay agravio.

Así, en su capítulo segundo, el militar realizó una descripción de la ciudad desde sus orígenes hasta su época, sin olvidar tratar algunos aspectos que consideraba interesantes, tales como los miembros de la inquisición local o el número de soldados de la milicia de la villa. Para la redacción de esta crónica histórica, Eraso y Arteaga se valió de autores contemporáneos como Florián de Ocampo o Rodrigo Caro. Entre los aspectos más interesantes que aborda el autor, nos aporta datos inéditos sobre los baluartes de San Salvador y del Espíritu Santo:

Enfrente del anchuroso surgidero tiene el principal baluarte su planta, cuya artillería señorea muy de cerca a todas las embarcaciones que están en el puerto, y, de cuya armada, furia ninguna puede escaparse, ni por soberbia y fuerte ni por humilde y pequeña. Se llama Baluarte de San Salvador, cuya custodia y castellano es un capitán reformado3 que goza de 25 escudos de sueldo4 y a quien acompañan un teniente, diez soldados y ocho artilleros. La fortaleza la construyó el Excmo. Señor don Manuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, VIII duque de Medina Sidonia, en el año 16265. El otro baluarte está construido sobre unas peñas en forma de vira, en cuyos acerados filos quiebra su cólera el mar, y a cuya punta la llaman del Espíritu Santo, nombre tomado de una ermita que está en el mismo sitio y que es una de las más antiguas construcciones religiosas6. Este fuerte señorea con su artillería los navíos que en el puerto entran, siendo vigía y atalaya de cuanto descubre el mar y concede el oriente. Se llama del Espíritu Santo7. Otros lo conocen como el fuerte de Arnau, nombre que le dieron por ser éste el apellido de un sargento mayor que en aquel tiempo lo era de las milicias de esta ciudad8, el cual dio la forma y disposición de la planta, que fue construida por el inmemorable Señor duque don Manuel en el año de 1634. Tiene un castellano con el mismo puesto y sueldo que el del otro baluarte, seis artilleros y ocho soldados.

— Francisco de Eraso y Arteaga: El desengaño discreto y retiro entretenido, ca. 1658
El baluarte de San Salvador, en la actualidad. | Foto: Juan Sosa
El baluarte de San Salvador, en la actualidad. | Foto: Juan Sosa
Las ruinas del baluarte del Espíritu Santo y la evolución del lugar hasta nuestros días.
Las ruinas del baluarte del Espíritu Santo y la evolución del lugar hasta nuestros días.

Como hilo conductor del texto de El desengaño discreto, el autor ambientó la obra en una tertulia que tenía como punto de encuentro la llamada Huerta del Desengaño9. Dicha finca pertenecía al VIII duque de Medina Sidonia, estando decorada con gran lujo y sirviendo de retiro campestre al noble. Sin embargo, cuando el poeta ambienta su obra en la finca, ésta ya estaba en declive tras el fallecimiento de su promotor en 1636, por lo que podemos pensar que Eraso y Arteaga idealizó el lugar.

La huerta del Desengaño se encontraba en la actual calle del mismo nombre
La huerta del Desengaño se encontraba en la actual calle del mismo nombre

Por los datos conservados en las actas capitulares, el manuscrito de El desengaño discreto debió de estar terminado sobre 1658; sin embargo, aunque el ayuntamiento se propuso imprimirlo, desconocemos por qué esto nunca se llevó a cabo.

La carrera literaria de Francisco de Eraso consiguió el justo reconocimiento en su ciudad de origen. El poeta consiguió ganar el certamen poético organizado en Sevilla para celebrar la inauguración de la iglesia del Sagrario. Los poetas compitieron con varias composiciones de carácter religioso, las cuales fueron impresas por orden del deán de la catedral de hispalense, Fernando de la Torre Farfán, en 1663, siendo ésta la única obra impresa del autor.

Sobre los últimos años del artífice de la Historia más antigua de Sanlúcar, poco más sabemos. Tuvo dos hijos, Juan y Bernarda, así como una hija natural con una esclava de su propiedad a la que bautizaron como Inés.

Eraso y Arteaga falleció el 12 de junio de 1669, siendo enterrado en la iglesia del convento de san Diego de Sanlúcar, pero debido a la remodelación del templo desconocemos dónde fue a parar su lápida.

La iglesia del extinto convento de san Diego, hoy. Las dependencias conventuales han sido reconvertidas en centro de salud de la Junta de Andalucía. | Foto: Hermandad de la Oración en el Huerto
La iglesia del extinto convento de san Diego, hoy. Las dependencias conventuales han sido reconvertidas en centro de salud de la Junta de Andalucía. | Foto: Hermandad de la Oración en el Huerto

Tras su muerte, el manuscrito de su obra fue pasando de mano, hasta que a finales del siglo XIX el amanuense José de Osa y Membrive realizó una copia por encargo del coleccionista y bibliófilo don Manuel Pérez de Guzmán y Boza, I Marqués de Jerez de los Caballeros, conservándose esta en la Biblioteca de Menéndez Pelayo de Santander. Sin embargo, la obra de Eraso y Arteaga sirvió de fuente a historiadores como Fernando Guillamas, que la cita frecuentemente en su Historia de Sanlúcar de Barrameda de 1858. Conocemos, además, que en el fondo antiguo de la Biblioteca municipal de Sanlúcar se conserva una copia del manuscrito de El desengaño discreto a máquina, sin que sepamos hasta ahora el autor y el origen de la misma.

En definitiva, hasta el año 2013 parte de la obra de Eraso y Arteaga permanecía olvidada. Fue en la revista digital Cartare del Centro de estudios de la Costa Noroeste de Cádiz donde los autores Antonio Romero Dorado y el aquí firmante dieron a conocer al público la transcripción íntegra del capítulo segundo de El desengaño discreto, donde se conserva la que es hasta la fecha la Historia más antigua de Sanlúcar, y que sigue hoy, casi 400 años después, sin estar impresa.

Documentos descargables

Por cortesía de la Biblioteca de Menéndez Pelayo de Santander, en Pasión Sanlúcar tenemos disponible la descarga libre y gratuita de la copia del manuscrito de El desengaño discreto y retiro entretenido (ca. 1658) de Francisco de Eraso y Arteaga, digitalizada en formato PDF:

Notas

  1. HERMOSO RIVERO, J.M. & ROMERO DORADO, A.: “Una historia de Sanlúcar de Barrameda inédita, escrita a mediados del siglo XVII por Francisco de Eraso y Arteaga y contenida en su obra El desengaño discreto y retiro entretenido”. Cartare. Boletín del Centro de Estudios de la Costa Noroeste de Cádiz, ISSN 2173-9072, nº 3, 2013, pp. 57-101. ↩︎
  2. Archivo de la Fundación Casa de Medina Sidonia (AFCMS). Legajo núm. 3093, fol. 26. ↩︎
  3. Puede tratarse del capitán Francisco Corbalán, que compaginaba la capitanía del baluarte de San Salvador con la del Espíritu Santo. VELÁZQUEZ-GAZTELU, J.P.: Catálogo de todas las personas ilustres y notables de esta ciudad de Sanlúcar de Barrameda. P. 144. ↩︎
  4. Al cambio actual, podrían ser aproximadamente 2.500 euros. ↩︎
  5. Velázquez-Gaztelu afirma que dicha construcción fue realizada en 1627 basándose en documentos del Cabildo, formando su guarnición en esos mismos años seis soldados y dos artilleros, manteniéndose hasta la incorporación a la Corona, cuando al poco tiempo fue abandonado. Sin embargo Eraso afirma que todavía en su época el baluarte no sólo seguía en uso sino que había incrementado su guarnición, debido esto a la amenaza de desembarco de los ingleses, retrasando pues la fecha del abandono de la fortaleza. VELÁZQUEZ-GAZTELU, J.P.: Historia Antigua de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Vol. II, p. 82. ↩︎
  6. La ermita a la que Eraso se refiere fue el primer templo que tuvieron los dominicos cuando llegaron a la ciudad en 1480 y que ya existía en 1445, dedicada al Espíritu Santo, el cual dio nombre al lugar y posteriormente a la fortaleza. Velázquez-Gaztelu documenta el primer establecimiento de la orden dominica con la copia de la bula del pontífice Sixto IV, dando permiso para el establecimiento en dicho templo, fechada en Roma el 30 de julio de 1479. Posteriormente en 1507 se menciona la donación de Fernando el Católico a doña Leonor de Zúñiga del bosque del Sancti Espíritu donde se hallan el monasterio y una torre que se estaba construyendo con un pozo. VELÁZQUEZ-GAZTELU, J.P.: Fundaciones de todas las iglesias, conventos y ermitas de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Pp. 186-187. VELÁZQUEZ-GAZTELU, J.P.: Historia Antigua de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Vol. II, p. 257. ↩︎
  7. Pedro Barbadillo, documentándose en las actas capitulares de principios del siglo XVI, afirma que en 1515 se solicitan guardias para el Sancti Espíritu, concretando que en 1523 existía una torre con ese nombre junto a la ermita, tomando el dato de Velázquez-Gaztelu. El mismo autor afirma que dicha fortaleza se mandó hacer en 1587 por orden del VII duque, junto con la de San Jacinto, en la orilla opuesta: la Otra banda. BARBADILLO DELGADO, P.: Historia de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Pp. 137-138. ↩︎
  8. El nombre real de dicho personaje era Miguel Aguilar Arneo y, como afirma el autor y se confirma en el Catálogo de Velázquez-Gaztelu, ostentaba el cargo de sargento mayor de las milicias de la ciudad en 1635. Eraso afirma que fue dicho personaje quien diseñó la fortaleza en 1634. Velázquez-Gaztelu escribe que la obra se hizo en 1635, cuando se labró un pequeño castillo en el mismo lugar donde estaba el antiguo. VELÁZQUEZ-GAZTELU, J.P.: Catálogo de todas las personas ilustres y notables de esta ciudad de Sanlúcar de Barrameda. P. 68. VELÁZQUEZ-GAZTELU, J.P.: Historia Antigua de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Vol. II, p. 81. ↩︎
  9. HERMOSO RIVERO, J.M. & ROMERO DORADO, A.: “La Huerta del Desengaño de Sanlúcar de Barrameda: retiro y recreo del VIII duque de Medina Sidonia”. El rincón malillo. Anuario del Centro de Estudios de la Costa Noroeste de Cádiz, ISSN 2135-870X, nº 4, 2014, pp. 19-22. ↩︎
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